octubre 3, 2025

Flims: Una batalla tras otra

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r234_flimsEl problema de ser un director – evento, de esos cuyas películas se esperan como agua de mayo, es que no te puedes permitir el lujo de relajarte y cobrar el cheque. Wes Anderson no se podría conformar con rodar un remake de los Power Rangers, por mucho que se prestara a filmar colores pastel y formaciones de combate totalmente simétricas. Y mucho menos lo iba a hacer Paul Thomas Anderson, el niño prodigio que se adentró en el porno de los 70 y 80 con Boogie Nights o que trató de dignificar la carrera de Tom Cruise en Magnolia. Así que, aunque el cuerpo le pedía hacer una película de acción con tiros y testosterona, no ha podido evitar adaptar la novela contracultural Vineland de Thomas Pynchon. Porque la cabra tira al monte y de alguna manera tenía que decir el hombre que la era Trump es una revisitación de la era Reagan con gorras rojas en vez de sombreros de cowboy. (Más…)

julio 2, 2025

Flims: 28 años después

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r234_flimsEl recurso de lo meta continúa siendo usado y abusado, como otro más de esos ecos postmodernos que al principio hacen gracia pero luego desilusionan y cansan, como una reposición de Cosas de casa o hacerse adulto. Lo habitual es que el mecanismo se utilice de manera consciente, como en Deadpool y Lobezno, con sus continuas metarreferencias y obsesivas rupturas de la cuarta pared. Pero luego está cuando el ejercicio es fortuito y el propio film se convierte en un artefacto meta de sí mismo. Es el caso de 28 años después. Porque el hecho de tratar de revitalizar las producciones de zombies cuando la ubre del género está ya más seca que el Sahara en una tarde de agosto convierte a la película precisamente en eso, en un muerto viviente. (Más…)

abril 2, 2025

Flims: Mickey 17

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r232_flimsSe supone que el propósito de la ciencia ficción es mostrar la realidad a través del espejo deformante de la especulación fantacientífica. Al contrario que sucede con la fantasía, en las obras de SF existe una vocación de verosimilitud que a veces no da vergüenza ajena. En ocasiones los cultivadores del género, especialmente en su vertiente cinematográfica, no se apartan del camino y consagran su carrera a este tipo de películas. Mas saben que a la hora del reconocimiento, es mejor tirar de drama costumbrista. Es el caso del coreano Bong Joon Ho, amigo de las distopías futuristas y los engendros monstruosos creados por la juguetona mano del hombre, que tuvo que tratar el drama inmobiliario para hacerse con un Oscar allá por 2020. Ahora vuelve por sus fueros y pergeña una amalgama de obsesiones en la que junta el optimismo vital de Snowpiercer con las investigaciones nutricionales de Okja. (Más…)
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