Como todo el mundo sabe, la cafeína es un alcaloide del grupo de las xantinas, sólido cristalino, blanco y de sabor amargo, que actúa como una droga psicoactiva, disociativa y estimulante, de forma leve, por su acción antagonista no selectiva de los receptores de adenosina. Está presente en productos como el café o los refrescos de cola y su efecto en los humanos es la restauración transitoria del nivel de alerta y eliminación de la somnolencia. En los hámsters, taquicardias y trastornos adictivos crónicos, pero esa es otra historia.
La cuestión es que desde que el químico germano Friedrich Ferdinand Runge descubrió la cafeína, existe una obsesión por neutralizar sus efectos, en vez de evitar el consumo de los productos que la contienen, cosa ya hacían los hombres prehistóricos, que sabían perfectamente que cortezas debían dejar de roer para conciliar el sueño por las noches. (Más…) |