julio 26, 2019

Debajo de la Palmera: Présteme su voto

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Es verdad. Las cosas ya no son lo que eran. Ni en la familia, ni en la comunicación, ni en las vacaciones, ni en el ocio, ni en la Iglesia, ni en los partidos políticos, ni en el fútbol. Todo ha cambiado. No darse cuenta de ello anuncia un buen coscorrón.

Lo hemos visto en las elecciones del 28 de abril y del 26 de mayo. La gente se moviliza o se queda en casa en función de mil motivaciones e impactos, que antes no contaban, y sólo deja claro que el dueño del voto es él o ella. Antes no era así. En tiempos de la II República, Victoria Kent y varias sufragistas no querían que se aprobara el voto de la mujer porque decían que estaban influenciadas por el confesor o el marido. Afortunadamente Clara Campoamor logró en histórica votación que todos los ciudadanos, independientemente de su sexo, pudieran votar. (Más…)

julio 12, 2019

Butaca de Gallinero: El cambio

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Imagino que es una de las consecuencias de vivir en la era de lo que podríamos llamar espejismos revolucionarios. El establishment, aburrido ya de citar a Lampedusa, cansado de di/simular, ha optado por depositar en nuestras manos la patata caliente del «cambiarlo todo para que nada cambie». Así, la masa enfervorecida, resignada, desengañada, o, directamente, autoengañanada, asume su rol de peón incapaz de cambiar las grandes cuestiones de la humanidad y se conforma con asumir con diligencia su nuevo papel de agente del cambio y la disconformidad de cuestiones más pequeñas. Como pedir que rehagan la última temporada de una serie o aporrear el asiento de la butaca del cine hasta lograr que una productora rehaga al protagonista infográfico de su película, a pocos meses de su estreno, porque el diseño da grima (lo da) y no se ajusta a la imagen idealizada que el espectador tiene del mismo. (Más…)

julio 10, 2019

Hadouken! Hadouken!: Nada al azar

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Ya hemos hablado varias veces por aquí de la lacra que suponen ciertas prácticas pueriles en los videojuegos, heredadas en su mayor parte de máquinas tragaperras y otros mecanismos para robar dinero a incautos. Lo que parecía un mal exclusivo de teléfonos móviles con Candy Crush y Clash of Clans a la cabeza, dio luego el salto a títulos de gran presupuesto como Star Wars Battlefront o los putos sobres del FIFA. Pero ahora han dado un nuevo paso gracias a la última actualización de Unity, el motor gráfico más popular de la industria, que en mayo anunció que entre sus novedades “muchas son de ayuda especialmente para la industria de los juegos de azar”.

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