Oceanógrafos y biólogos marinos contienen la respiración mientras esperan al desarrollo de los acontecimientos tras la difusión del video que muestra a un pulpo de coco (Amphioctopus marginatus) arrojar piedras a varios peces que podrían pertenecer a grupos de extrema derecha. Aunque según las autoridades aún es pronto para emitir una valoración contrastada de la situación, algunos agentes sociales temen que pueda tratarse de un episodio de ‘kale borroka’, antesala de una posible escalada de violencia submarina entre militantes antisistema en el contexto de una coyuntura ya bastante tensionada. Fuentes cercanas al colectivo de los pulpos de coco defienden que se trata de un caso aislado y no descartan que pudiera ser obra de un agitador ultra encubierto actuando por su cuenta para generar crispación.

Mecachis en la mar

Agrupaciones de peces globo simpatizantes de los teleosteos agredidos por el pulpo han criticado la “política de tibieza” mostrada por las autoridades y las fuerzas del orden, y han acusado a los medios de comunicación de blanquear lo que consideran un ataque organizado. El pulpo, que permanece en libertad sin cargos, había sido denunciado por vivir en régimen de okupación dentro de la concha de un gran bivalvo en la que se habría instalado aprovechando la ausencia de su propietario.

“Están aprovechando un caso puntual para tratar de demonizar a todo un colectivo que lo único que quiere es que se respete el orden democrático, la libertad de expresión, el derecho a decidir y la regulación del mercado de la tinta, cuyo precio está descontrolado por culpa de los especuladores”, ha manifestado el portavoz de la ONG Tentáculos Abiertos, con el apoyo de varios miembros de la Plataforma de Cangrejos Ermitaños Afectados por la Hipoteca.

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