Un vecino del barrio bilbaíno de Santutxu ha tenido que ser atendido en Urgencias del hospital de Basurto por un episodio de migraña severa agravado por una infección de oído, mareos, tinitus intermitente y crisis de ansiedad. Tras los primeros minutos de confusión el hombre ha podido revelar al personal sanitario que había acudido por la mañana a un taller de chapa y pintura y el mecánico del establecimiento ha empezado a contarle su vida de manera ininterrumpida mientras procedía a pintar a pistola la carrocería del vehículo. El gerente del taller insiste en que el cartel del taller informa clara y correctamente de los procedimientos con que opera y no admite ninguna reclamación por daños y perjuicios.

Le quedarán secuelas

La persona afectada por la chapa “de dimensiones rayanas en la tortura psicológica de un interrogatorio en Guantánamo” que le ha metido el mecánico evoluciona favorablemente aunque permanecerá ingresada en observación hasta determinar si ha habido secuelas neurológicas irreversibles. “A veces se despierta y grita ‘No, las fotos de la comunión de su hija otra vez no…’, pero le hemos aumentado la sedación y ya mejor”, informa uno de los médicos que le atienden. Según la OCU, muchos establecimientos de revisión y reparación de vehículos alertan desde el propio rótulo de la entrada sobre la actividad que se desarrolla en su interior pero “muchos clientes que desoyen las advertencias e infravaloran los riesgos luego vienen llorando cuando sufren hemorragias en el oído interno o aneurismas por sobreexposición a tribulaciones biográficas ajenas”.

La Asociación de Talleres Mecánicos y Carrocerías de Bizkaia ha deseado la pronta recuperación de la víctima pero disculpa el exceso de celo del mecánico.

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