La denuncia de varios vecinos del municipio vizcaíno de Durango de la proliferación de ratas “del tamaño de conejos” que se atribuye a las obras que se están llevando a cabo en la localidad, ha sembrado la polémica entre cocineros, hosteleros y gastrónomos profesionales acerca de si se debe aprovechar la circunstancia para reconfigurar la receta de la paella. Aunque sectores conservadores valencianos se niegan a modificar la composición tradicional de arroz, pimentón, azafrán, conejo, pollo, judía verde plana, tomate y garrofó, la amenaza que suponen los lepóridos para los cultivos, la inflación y la abundancia de ratas hipertrofiadas anima a los defensores de la nueva cocina a sustituir ingredientes “que casi ni se va a notar”.

Arroz con cosas

La iniciativa de cambiar el conejo por rata gigante encuentra cada día más partidarios ya que la sucesión de elecciones municipales, autonómicas y generales ha plagado de obras pueblos y ciudades, con la consiguiente aparición de multitud de roedores miomorfos de gran tamaño, que bien pondrían aportar un soplo de aire fresco a la dieta mediterránea. “Hay quien piensa que echarle rata a la paella es antihigiénico, pero más antihigiénico fue cuando el pollo subió un 12% el año pasado. Lo importantes es no cerrarse a nuevas ideas y aprovechar los productos que nos ofrece la tierra, concretamente la removida por excavadoras”, afirma Renato Xoplasmosis, gerente de una franquicia de restaurantes de paellas y fideuás, que se queja de la imparable subida de precios de proveedores.

También se ha puesto sobre la mesa la idea de sustituir el aceite de oliva por whisky Chivas Regal Royal Salute 50 años, mucho más barato, para el sofrito.

© elkarma.eus