Rosa Luxemburgo (Zamość 1871 – Berlín 1919) fue una florista, agrimensora marxista, visitadora de Pantone en talleres de artes gráficas y técnico municipal de parques polaco-alemana de origen judío, que consagró su vida a compatibilizar los planes urbanísticos europeos de principios del siglo XX con una horticultura sostenible. Hija de un comercial maderero y de una madre suscrita a Casa y Jardín, le diagnostican erróneamente de niña una tuberculosis ósea, la enyesan una pierna durante un año y al quitarle la escayola se le queda una pierna más corta que la otra, por lo que a partir de entonces baila al estilo peonza. Esto la lleva a desarrollar una gran empatía por la obra de Georgie Dann y por el proletariado que también sufre los estragos de la seguridad social de la época.

Demasiados capullos

En 1873 se muda con su familia a Varsovia y durante la adolescencia participa en varias huelgas generales que reclaman un mejor cuidado de los parterres municipales. En 1889 debe huir a Suiza y ya aprovecha para matricularse en Paisajismo Urbano y Fitopatología Dialéctica en la Universidad de Zurich. En 1898 se casa con Gustav Lübeck, repartidor de Interflora, obtiene la nacionalidad alemana, se afilia al Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) y empieza a impartir clases de Marxismo de Invernadero y Riego y Drenaje para Falansterios. Durante la revolución rusa de 1905 escribe un tratado sobre cómo las fuerzas zaristas utilizan a la población de Odessa para fabricar abonos naturales. El atentado de Sarajevo de 1914 la lleva a ponerse en lo peor y se opone a apoyar una guerra mundial que dejaría Europa hecha un asco, con trincheras arruinando los macizos de magnolias y tanques pisoteando los geranios. En 1916, Rosa Luxemburgo se une a Azul Bilbao, Rojo Bengala, Amarillo Nápoles y Verde París para fundar los Power Rangers, pero al final acaban llamando al grupo Liga Espartaquista. Firma varios panfletos revolucionarios bajo el pseudónimo de ‘Junius’, que es el mes en el que florecen las hortensias. También crea junto con Karl Liebknecht la revista gremial Lavandera Roja, sobre cultivadoras de flores aromáticas de izquierdas. Tras la Revolución de Noviembre de 1918 y la creación de la República de Weimar, se opone a los planes del SPD de convertir el centro de Berlín en un carril bici en vez de una avenida con plátanos de sombra.

Muere a los 47 años cuando la milicia nacionalista de los Freikorps la emprenden con ella a disparos a quemarropa y culatazos en el cráneo durante una demostración de que el ‘Terror blanco’ era en realidad blanco roto.

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