Poncio Pilato (¿Samnio? alrededor de 20 a.C. – ¿39 d.C.?) fue un funcionario, militar, administrativo, erotómano y mediador de conflictos que consagró su vida a visibilizar al colectivo de afectados por trastornos obsesivos compulsivos que no pueden dejar de lavarse las manos en situaciones de estrés. Nacido en una familia de la orden ecuestre, no lo suficientemente plebeya como para pasar apuros económicos pero tampoco tan patricia como para salir en la portada de la revista ¡Ave!, vive una existencia acomodada gracias a la cadena de gimnasios heredada de su tío abuelo Iosephus Ubertus Pilatus. Gracias a sus contactos familiares conoce a Lucio Elio Senajo, prefecto de Tiberio, que le anima a sacarse unas oposiciones a celador.

Le pusieron la cruz

La nota de la OPE sólo le da para prefecto de Judea, Samaria e Idumea en el año 26 d.C. Establece su residencia en Cesarea, pero pronto comienza a tener desencuentros culturales con las autoridades locales. En un intento de congraciarse con las gentes del lugar, decide decorar el palacio de Herodes en Jerusalén con posters de esclavas filisteas ligeras de ropa que había encontrado en un taller de reparación de cuadrigas, pero el gesto no es recibido con agrado, ya que la población hebrea considera que ningún romano tiene que venir a decirles cómo cosificar a sus mujeres. Trata de suavizar la crisis gastando el dinero del Templo en la construcción de un acueducto, pero grupos ecologistas protestan porque la obra pública pasa por una zona protegida dedicada a la cría de la lagartija cornuda. Cuando la matanza de galileos que ordena también recibe quejas, llega a la conclusión de que los judíos nunca están contentos con nada. Alrededor del año 33 el Sanedrín le pide que condene a un ebanista de Nazareth que acumula multas impagadas. Entre los delitos se encuentran la multiplicación de panes y peces sin carnet de manipulador de alimentos, resucitar muertos sin estar colegiado, caminar sobre el agua con bandera roja y hacer apología del canibalismo. Pilato le impone una sanción administrativa, pero el acusado le pregunta si le apetece una hostia, Poncio se lo toma a mal y le acaba crucificando. En 36 d.C. organiza una masacre de samaritanos en el Monte Gerizim sin respetar las medidas sanitarias ni de prevención de riesgos y es destituido a instancias de Vitelio, el legado de Siria.

Finge su suicidio con un muñeco de papel maché y se exilia en Etiopía, donde monta un club de swingers con su esposa, Claudia Prócula. Fallece cuando se le infecta un padrastro.

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