octubre 17, 2016

Butaca de Gallinero: Esa lengua

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Ha llovido mucho desde que a los actores se le conociera por los cómicos de la legua porque era la distancia de la ciudad en la que actuaban a la que podían acampar. Eran profesionales indeseables, farsantes que se ganaban el pan haciéndose pasar por personas que no eran mientras representaban mamarrachadas. Pero los tiempos han cambiado, y ahora los actores, al menos un buen puñado de ellos, sientan cátedra y sube el pan cuando hablan de asuntos de los que muchas veces no tienen ni puñetera idea.
Es lo que le ha pasado a Matt Damon. A la criatura se le ha ocurrido cuestionar la política de control de armas en los EE.UU. y se le han echado al cuello. No ha dicho nada demasiado radical. El tipo buen rollo de toda entrevista promocional que se precie. Los más trogloditas le han puesto a bajar de un burro por meterse con el modo de vida americano ante unos paletos australianos. Los más bienpensantes lo han hecho por hacer semejantes declaraciones mientras intentaba captar espectadores para ver una película de esas de descerrajar tiros a diestro, siniestro, zurdo o flexitariano (concretamente Jason Bourne).

Ahora importa y mucho lo que los actores digan. Ahora son los cómicos de la lengua. La cosa no parece grave. Pero entonces me acuerdo de la Era Reagan. O del apoyo de Clint Eastwood a Donald Trump. Y pienso que mejor que se dedicaran a tocar el piano. Aunque fuera como Errol Flynn.

Roberto Aguirre © humorenlared.com

 

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