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En 1936 el ingeniero de Elorrio Alejandro Goicoechea, posterior creador del Talgo, recibía el encargo de coordinar las obras de construcción de un complejo de fortines, túneles, trincheras y defensas artilladas que rodearía el perímetro de la capital de Bizkaia conocido como el ‘Cinturón de Hierro’ de Bilbao para tratar de frenar el avance de los nacionales. Ni corto ni perezoso, el caballero desertó al bando faccioso llevándose consigo los planos del ‘Cinturón’. Bilbao caía el 19 de junio de 1937. Algo similar ha tenido que pasar con James Gunn.
El director de Guardianes de la Galaxia, adalid del MCU hasta su defenestración por Disney, convertido en la gran esperanza blanca del universo cinematográfico de DC, debió de hacerse con los planes defensivos de Marvel antes de ponerse a rediseñar la estructura fílmica de su gran rival. Sólo así se explica que The Flash parezca un clon de Spider-man: No Way Home. No se trata ya de que los dos films traten sobre la interconexión de universos paralelos por culpa de la cagada de un postadolescente que va de gracioso. Ni que se rescaten en ambos encarnaciones previas de superhéroes (Tobey McGuire Vs. Michael Keaton). Es que hasta sale Maribel Verdú interpretando a un remedo de la Tía May de Marisa Tomei. Ya sólo falta que Disney obligue a Tom Holland a crear una secta destructiva con menores de edad para terminar de igualar el asunto.
Roberto Aguirre © elkarma.eus
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