La inteligencia artificial es una bendición ahora que vivimos atónitos y desconfiados ante un presente hostil y un futuro incierto. Gracias a la IA podemos disfrutar de muchas ventajas que antes no teníamos, sin descartar manipulaciones, fakes de toda clase y distopías aquí y ahora.

Por ejemplo. Qué satisfacción pensar en lo que apunta Naomi Klein. Cualquier dato, cualquier obra, cualquier trabajo intelectual o artístico, todo se aprovecha sin autorización alguna para engorde de la inteligencia artificial. A cambio, recibimos un simulacro medianamente logrado de pensamiento y creatividad.

Y eso no es nada. Para nuestra tranquilidad, diversos expertos en IA reclamaron en marzo una moratoria de seis meses ante la carrera descontrolada de los ChatGPT. Ya se sabe que seis meses dan para mucho en asuntos tan complicados. Es reconfortante que, entre los firmantes de aquella carta abierta, figure el multimillonario Elon Musk. Sí, el mismo que en 2015 cofundó y en 2018 abandonó OpenAI, la empresa creadora de ChatGPT. Ahora ha puesto en marcha X.AI, una compañía de inteligencia artificial que busca competir con OpenAI. Y así.

Otros expertos, como Eliezer Yudkowsky, no parecen tan preocupados y se andan un poco por las ramas: “Apagadlo todo”. Claro. A ver, si no, quién va a poder dormir.

Elene Ortega Gallarzagoitia © elkarma.eus