octubre 30, 2024

Butaca de Gallinero: Sight and Sound

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Las redes sociales han convertido la autopista de la información (ok, boomer) en un Telecinco en el que los contenidos se rescatan, reciclan y regurgitan cual arrendajo alimentando a sus polluelos. Dos años después de la lista Sight and Sound publicada por el British Film Institute en la que, entre 1.500 críticos, se decidió que la mejor película de la historia era aquel docureality de Chantal Ackerman de 1975 sobre empanar filetes a tiempo real, las revistas de cine aún tratan de arañar clickbaits para que el pollaviejerío vuelva a removerse en sus sillones de orejas. A pesar de que la siguiente Sight and Sound no toca hasta 2032, cierta revista del ramo que no es Cinemanía ha sacado la lista vigente (y un poco desactivada a estas alturas) y se ha puesto a desmenuzarla para extraer de ella las mejores películas del siglo XXI. ¿Por qué? Pobablemente para tocar los cojones. Sea esto escrito con toda la intención.

Porque la idea, además de para generar tráfico, que en redes gustan más las listas que a un tonto una concejalía, es la de incomodar a todas esas personas que dicen que el cine reciente es una mierda desde que John Ford cerró sesión y se vaciaron las salas. Me imagino a la redactora salivando, eligiendo a un documental de Agnès Varda para la quinta posición, otorgando a un film de Céline Sciamma el bronce y encumbrando a un dramón (magnífico) de Wong Kar-wai como mejor película de las últimas dos décadas y media. En el título recuerdan que se pueden ver en Netflix. Porque la crueldad de algunos periodistas no conoce límites.

Roberto Aguirre © elkarma.eus

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