noviembre 13, 2018

Juego de niños: Poesía

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Casi tanto como los de cocina. Proliferan los concursos de poesía. Sólo en la última semana se han fallado el Reina Sofía, el Leonor, el Santa Teresa, el Ribera del Fresno, el Ciudad de Córdoba, el Gerardo Diego, el Adelaida del Mármol y no sé cuántos más. Poesía… No diré como Bécquer aquello de “poesía eres tú”. Porque eso es público y notorio, estimada lectora, querido lector. Hay que afinar más. Y para ello, nada como acudir a los maestros. Según Octavio Paz la poesía es la expresión de “lo maravilloso cotidiano: no la irrealidad, sino la prodigiosa realidad del mundo”. O sea, que no es una suma de florecillas, suspiros y mariposas, ni siquiera de unicornios color pastel o de mensajes Mr. Wonderful. Es otra cosa, ya decía yo. Qué peso me he quitado de encima. (Más…)

octubre 8, 2018

Juego de niños: Garrafón

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Algunos lugares tienen la novela hecha. Lo juro. Vas allí, te paseas un rato, miras acá y allá, dejas volar la imaginación y listo. Bueno, luego hay que sentarse y permanecer meses o años escribiendo y corrigiendo, pero eso es un detalle sin importancia. El caso es que cuando paré en Eaux-Chaudes, un balneario de mediados del XIX en el Pirineo francés, tomé un buen baño de emociones estéticas. Su capacidad de evocación es tal, que durante un rato me sentí capaz de escribir La montaña mágica. Siempre y cuando, claro está, Thomas Mann no lo hubiera hecho antes. De cualquier modo, el balneario de Eaux-Chaudes es la quintaesencia de la decadencia con solera, lograda con el paso del tiempo, sin prisa y sin pausa, con su abandono inconcluso, sus soledades, sus desconchados a medias, sus azulejos resquebrajados, sus nobles escalinatas pobladas de helechos. (Más…)

agosto 4, 2018

Juego de niños: Hortografía

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Para empezar la columna, un buen título que sacuda al lector. Pues pongo una falta de ortografía en condiciones y listo. A riesgo de provocar en personas hipersensibles picor de ojos o dolor de cabeza, me la juego. El caso es llamar la atención. Además así parezco más progre, lejos de la casta reaccionaria que se acuerda de seguir las reglas de la gramática y la hortografía esa. Reglas que son algo caduco, viejuno, reaccionario y elitista, naturalmente. Por si fuera poco, en esto del lenguaje es muy fácil saltarse las normas a la torera y puedo ir de rompedora guay con unos pocos caracteres.
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