julio 4, 2017

Gora Euskadi: Virgencita, virgencita

Los medios de comunicación, y los periódicos en particular, son un reflejo de la sociedad en la que vivimos. Sus páginas, además de esquelas, promocionales en los que regalan vajillas, horóscopos y crucigramas, también albergan informaciones sobre el mundo que nos rodea. Escritas por personas, como nosotros, que sangran cuando las pinchan, ríen cuando les hacen cosquillas y, dependiendo de su contrato laboral y su filiación sindical, más o menos se vengan cuando las agravian. Pero más allá de estos ejercicios individuales, un periódico tiene vocación de espejo público y, por tanto, refracta la zeitgeist, el espíritu de su tiempo. Y no sólo refracta, sino que guía y da un empujoncito, y una colleja si hace falta, al lector indeciso y tozudo que trata de tomar sus propias decisiones, desdeñando groseramente la mano de ese diario lazarillo que tanto se preocupa por él. Como sucede con el titular, y la información que lo acompaña, de la página 56 de EL CORREO del 10 de junio. Un gran despliegue, la ocasión lo merece, a cinco columnas, con su fotografía y sus sumarios: «Una jueza en prácticas lidiará con más de 100 demandas semanales contra la banca». El periódico nos advierte, para que no seamos insensatos. Por nuestro bien.
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junio 4, 2017

Gora Euskadi: Manos limpias

Vivimos rodeados de agentes contaminantes. Elementos intoxicadores cuyo fin último es sabotear el trabajo que tan arduamente llevan a cabo los vascos y las vascas para levantar Euskadi. Hablamos, por supuesto, de las bacterias. El diario Deia no concilia el sueño pensando en ellas y planta el sábado 6 de mayo, en su página 20, a cuatro columnas, un scoop que convertiría las investigaciones de Woodward y Bernstein en un pie de foto de La Mirilla: “El 61% del personal sanitario no se lava correctamente las manos”. Intolerable. El servicio vasco de salud a la altura de un hospital de campaña del siglo XIX por culpa de tres quintas partes de la plantilla. Una orgía de patógenos infecciosos, sangre, sudor y paletas de remover el café chupadas. El periódico no puede menos que hacerse eco de semejante atrocidad sociosanitaria. Es su deber. Se debe a sus lectores. Y a su línea editorial. No puede permitir que la inmundicia y la desidia campen a sus anchas. No cuando los sindicatos, muy subidos ellos, reclaman a Osakidetza un pacto de estabilidad del empleo para ordenar la contratación temporal y consolidar los puestos de trabajo y (total, por pedir) exigen una nueva OPE con un nuevo formato “más ágil y rápido”. ¿Para qué? ¿Para que dé tiempo a echar el cigarrito en la farmacia y luego operar mientras nos comemos un goteante kebab de cordero? Menos exigencias y más agua con jabón, pensarán en la jefatura de redacción de Deia, con una foto del señor Barragán en mente.
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abril 30, 2017

Gora Euskadi: La cura del bienestar

Existe una película, titulada Vive como quieras, en la que una familia, perfectamente armoniosa y bien avenida (hablamos de cine, no lo olviden), desafía a una mastodóntica empresa que pretende comprarles su casa para construir una fábrica de armamento, sin éxito. Esta circunstancia, prolegómeno de muchos episodios clónicos de El Equipo A, es lo de menos. Lo subversivo del film es que en esa familia todos hacen lo que les sale de sus reales gónadas. Unos inventan cajas musicales, otras escriben infumables folletines de misterio, otros fabrican fuegos artificiales en el sótano. Y lo venden, claro. Porque serán subversivos pero no imbéciles. Y todo esto sin mostrar demasiado amedrento ante las figuras de autoridad, a menudo desorientadas ante tanto libre albedrío, tanta insumisión y tanta anarquía, que no caos. Lo más desopilante es que el autor de tan incendiaria soflama (que se permite hacer chanza con la revolución de los soviets) es Frank Capra y su año de estreno 1938. Gente humilde, feliz con lo que tiene, pero no por resignación sino por decisión propia, en un mundo que estaba a punto de irse a la mierda en cohete. O en cazabombardero. (Más…)

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