noviembre 1, 2020

Butaca de Gallinero: Proyecciones

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La historia de las proyecciones de cine es un relato de supervivencia. El negocio de la exhibición cinematográfica, muy ligado durante años al propio modelo de negocio de los grandes estudios, tuvo que agudizar el ingenio para no dejarse pisar lo fregado, especialmente por la televisión, que desde los años cincuenta venía pisando fuerte cual Alejandro Sanz con botas de buzo. El Cinemascope, el Tecnicolor, el IMAX, el 3D o la Olor-o-Visión fueron gimmicks que, con mayor o menor fortuna, trataron de arrancar al público del sofá para sentarlo en la butaca. Ahora el enemigo ha cambiado. El coronavirus ha dejado las salas que no las reconoce ni la madre que las parió.

Una vez más, los cines deben exprimirse las meninges. Lo cierto es que la irrupción de la pandemia ha sido el gancho al hígado contra un boxeador al que ya le faltaba el resuello ante la lluvia de directos de las plataformas de streaming. (Más…)

octubre 30, 2020

Península Histérica: Estado profundo (I)

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Últimamente se han producido dos hechos que habrán sorprendido a quienes creen radicalmente en la democracia. Por un lado, la lluvia de testimonios en favor de Martín Villa por parte de políticos de casi todo signo, sindicalistas y demás «referentes» de la vida del país.

Martín Villa se enfrenta a su pasado como servidor de un régimen dictatorial pero no en su país, sino en la Argentina. Ex presidentes, ex secretarios generales, ex ministros que no tuvieron una palabra para las víctimas, alaban públicamente a una persona sobre la que solo se aspira a que responda ante la justicia.

Más sangrante ha sido el caso del coro de turiferarios que alabaron la «labor democrática» del rey emérito tras su «abandono» del país. Olvidaron que este dedicaba su tiempo libre a contar y recontar billetes, que no se sabe muy bien de dónde salían. (Más…)

octubre 28, 2020

Puños fuera: Verdades y bombas

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El 19 de septiembre de 1995, los dos principales periódicos del imperio, el New York Times y el Washington Post, cedían ante el conocido policialmente como Unabomber (quien enviaba impunemente desde 1978 paquetes bomba caseros contra destinos relacionados con la devastación ecológica), y publicaban en sus páginas un largo manifiesto La sociedad industrial y su futuro escrito por el activista. Allí se analizaba cómo el capitalismo industrial y la tecnología, elevada ésta a la categoría de religión oficial del sistema, conducían a la humanidad hacia un desastre que la rebelión colectiva debía parar de inmediato.

La publicación de El Manifiesto de Unabomber acarreó lo que perseguían los medios policiales, la detención de su autor, Ted Kaczynski, quien a sus 78 años aún permanece en prisión. Veinticinco años después, aquella llamada de atención para denunciar la inminente destrucción del planeta y reivindicar la necesidad de oponerse radicalmente a ella, no nos desvela nada que ya no demos por sabido. Sobre todo que, para que una verdad pueda llegar a serlo, no es suficiente con que ésta sea revelada: es imprescindible una fuerza social que la imponga. (Más…)

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