Debajo de la Palmera: Tanto eres, tanto pesas
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En junio de 1977 D. Manuel de Irujo fue elegido senador por Navarra. Fue asimismo el presidente de la Mesa de edad para la composición de aquel Senado democrático tras la larga dictadura. Su cerviz patricia, su traje negro, su mano y su voz, eran un foco de atención ante aquella marea de neófitos. Al bajar del estrado, entre respetuoso y tímido, un periodista aventuró una pregunta: – Dígame D. Manuel, con la autoridad que le da su participación en las Cortes republicanas anteriores, ¿qué le parecen en general los componentes de las actuales? – Pues le diré que las considero compuestas sin duda de buenas personas, pero… políticamente aún no han aprobado el bachillerato. Hoy seguramente hubiera respondido lo mismo y quizás añadido, «aunque también de muy malas personas”. |