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 1.- ¿Te quejas de muchas cosas con frecuencia?a.- No me atrevo. Tengo úlcera y procuro llevarme pocos berrinches. b.- No sé, lo normal. Del paro, de la corrupción, de que el cartero hace un mes que no pasa por mi portal, de que del sótano de mi vecino sale un olor raro… c.- Cuando se vive en un mundo de mierda rodeado de gente de mierda, si no te quejas explotas. 2.- ¿Tiendes a criticar a las personas que te rodean y de la manera más hiriente posible? |
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| Donde menos te lo esperas salta la liebre. Me dispongo a leer una entrevista ligera al escritor de una novela policíaca en la sección de Cultura y Sociedad de EL CORREO, ufano, despreocupado, ajeno a cualquier obligación creativo-laboral, cuando me fijo mejor en el titular. De entre todos los chascarrillos, muletillas y lugares comunes que inundan el diálogo escrito, el entrevistador decide elegir, por sus huevos toreros, “La vida se está convirtiendo ya en un ‘reality show’”. Y eso me cabrea. Sobre todo porque el médico de cabecera me dijo que me vigilara los niveles de perogrullismo en sangre, que tenía la cretino-globulina muy alta. El titular me los ha puesto por las nubes y eso no hay barril de Actimel que lo arregle. ¿Cómo que “se está convirtiendo ya”? Si eso es una primicia Paquirrín es el nuevo David Guetta pero con más flequillo. Coca y Sanclemente, entrevistador y entrevistado, parecen inmersos en un ejercicio de onanismo intelectual consistente en dejar patente lo tonta del culo que es la gente, el vulgo, el pueblo llano, que, pudiendo leer prensa objetiva, se dejan enmarañar por esa ola de modernidad cibertelevisiva. La de los Facebooks, y los Twentis, y los Twitters, y los sacrificios rituales de la intimidad oficiados por la suma sacerdotisa Mercedes Milá. Y no van más allá. (Más…) | |
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 El título en inglés de esta película es The Bag Man, pero ha sido traducido al castellano como El encargo. Insulso, manido y poco sugerente, tratándose de un film noir sobre un asesino a sueldo que espera paciente en un motel a que aparezca su jefe para que le pague la minuta. Sin embargo, pocas veces un título ha sido tan acertado. Porque la película parece eso, un encargo, rodado de manera rutinaria por un director novel (David Grovic) que pasaba por allí. Un encargo como el que recibieron sus protagonistas, John Cusack y Robert De Niro, aparentemente más preocupados por cobrar sus sueldos millonarios de actor consagrado que por hacer un trabajo actoral de fuste. O tal vez han hecho lo que han podido, sin poder lucirse por culpa de un guión escrito y dirigido con cierto hastío. De hecho, aunque el punto de partido puede parecer interesante (no extraordinariamente novedoso ni escandalosamente revolucionario, pero coquetuelo y cumplidor), con ese hitman aburrido de esperar, que porta una bolsa cuyo contenido no puede mirar. (Más…) |
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CAJÓN DE SASTRE
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Revista El Karma |