Acabo de ser madre. Sí, estoy en ese momento monotema. No huyáis, cabrones; seguid leyendo. Que yo soy la primera que intento socializar para “salir” de esta burbuja de lloros, leche y pañales. Sin embargo, todos me preguntáis lo mismo: ¿A quién se parece? ¿Es bueno? ¿Y qué tal duerme? Y al final, vosotros os lo buscáis y hablo de mi nueva realidad, acabando con el típico “es duro pero merece la pena”.
Ahora mismo, no puedo contar nada de la actualidad informativa. No leo (ni veo, ni escucho) nada relacionado con lo que pasa en el mundo desde que nació el baby. No puedo hablar de la Guerra de Ucrania, de la vuelta del Rey emérito, de los chanchullos de la derecha, de las huelgas de trabajadores o de la subida de la luz y gasolina. Mejor os cuento que tengo las tetas doloridas, estoy siempre despeinada, ya no sé lo que es ir al baño tranquila y me acuesto cuando todavía es de día. Eso sí, si me bebo una sola cerveza ya estoy “alegre”; mi monitora de aquagym me dice que he “aflacao”; y tengo un renacuajo del que estoy enamorada, a pesar de que sólo diga “aita”.
Embarazo, parto, lactancia y… Sí que es complicado luchar contra el patriarcado, sí. (Más…)
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