marzo 19, 2020

Cómo se hace: ¿Cómo vuelan los aviones?

El ser humano ha tenido dos grandes sueños a lo largo de la Historia. Uno era preparar un bocadillo de txistorra del tamaño de la pirámide de Keops. El otro, mucho más realista, ha sido volar. Cuando los hermanos Quintero construyeron el primer aparato autopropulsado más pesado que el aire, comenzó la carrera aeronáutica.
Los aviones vuelan por la forma de sus alas. Los primeros modelos estaban equipados con decenas de pequeñas jaulas llenas de jilgueros que elevaban la aeronave.
Más adelante, se incluyó una gran caldera alimentada con carbón vegetal, que lograba que los aviones pudieran despegar sin necesidad de ser impulsados con una catapulta gigante, un sistema más ecológico éste último, pero mucho menos preciso, ya que las probabilidades de acertar en el aeropuerto correcto eran mínimas.
La invención del tren de aterrizaje rebajó mucho el número de víctimas en los vuelos.

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marzo 18, 2020

Gora et Labora: Koronabirus

 

Hitza lehen aldiz Venezuelako mandazain bati entzun genion. Honek hitza zuenean, atzerriko satrapa batek aurpegira jaulki zion “Zergatik ez haiz isiltzen!?” Eta Venezuelako mandazainak mandatari ahohandiari hura bota zion: “Isil hadi hi, koronabirus!”

Anekdotatxo hau herriaren memorian geratu da, mandazainak egindako beste hamaika balentria bainoago. Komunikabideek azaldu ziguten bi pertsonaien artean zegoen aldea. Bata edukazio handikoa omen, Europako jauregietan ondo hezia, bestea, ordea, kuarteletan korroskaden artean hazia. Bata nobleziaren eta tronu baten oinordeko, bestea boterea armen bidez irabazitakoa… (Más…)

Grandes Mentiras: 01 – No hay que ser pesimistas

Nos hacen creer que ser pesimista es negativo. Que sólo debemos afrontar el día a día con optimismo, grapándonos una sonrisa y caminando por la calle dando saltos como Gene Kelly en El Imperio Contraataca. Estas aseveraciones hunden aún más al pesimista tipo, que vive muy a gusto en su miseria y bastante tiene con lo que tiene.

Nº 1. Rechazo social
Los optimistas no le gustan a nadie y nunca se integran bien en la sociedad. Despiertan envidias entre parientes, amigos, vecinos y compañeros de celda acolchada. El pesimista, sin embargo, no genera odios. Es visto como un ser entrañable e inofensivo, aunque nunca le llevaríamos a una orgía de osos panda en celo porque los deprimiría hablando sobre la caída del bambú en bolsa. (Más…)

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