Ah, París. La cuidad más visitada del mundo. Ahora que incluso el Casco Viejo de Bilbao se ha convertido en parque temático, imagino la saturación turística en la capital francesa. Pero tengo una buena noticia. No hace falta un billete de avión para experimentar la magia parisina. Y es que cuando llueve, cualquier lugar es París.
Primero hay que crear la actitud. Para empezar por algo rápido, nada como las 854 páginas de la novela de Victor Hugo Notre-Dame de París o la obra poética completa de Paul Verlaine.
A partir de ahí, todo es ponerse. El paraguas, el jersey de rayas y una baguette bajo el brazo mientras sorteas con estilo los charcos de tu barrio te llevarán a otro nivel. Pero si lo que deseas es culminar tu experiencia, entra en la cafetería más cercana. Pide “un café au lait et un croissant, s’il vous plaît”. Da igual que el café sepa a rayos y el croissant sea de anteayer. Elige una mesa exterior aunque el toldo tenga goteras. Busca música de acordeón en una lista de Spotify y, si no tienes pareja, dale un beso a tu perro. Viva París. (Más…)
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