noviembre 3, 2024

En primera persona: Lo saben los chinos

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Resulta conmovedor lo fácilmente que se puede pasar de la condescendencia al terror. Las primeras imágenes del juego Black Myth: Wukong, desarrollado por el estudio chino Game Science, hicieron creer a la industria que era demasiado bonito para ser verdad. Que esos gráficos de ensueño y esa fluidez de movimientos del rey mono repartiendo estopa serían otra estafa más y que a la hora de su lanzamiento el juego tendría un downgrade que riánse ustedes del E3 de Whatchdogs. Que ya se sabe cómo son de chapuceros los chinos. Que se deben de creen que hacer un triple A de PC es igual que hacer juegos de móvil. Que había que sentarse cómodamente con un cubo de palomitas y esperar a ver la cara de tonto se le quedaba al consumidor occidental medio cuando saliera el juego y se pegara la gran hostia.

El problema es que el juego salió, es una maravilla técnica (salvando algunos fallos iniciales de rendimiento) y se ha vendido como rosquillas. Y todo el paternalismo indulgente ha dado lugar a un miedo cerval al futuro de la industria. Wukong no sólo es un buen juego. Es un juego magistral. Y resulta que los chinos no nos necesitan. Con 720 millones de jugadores y una cuota global del 25% pueden inundar el mercado internacional y seguir consumiendo solo lo suyo. Y no le hables a un chino de lo mala que es la censura o lo feo que está que pasen de la igualdad de género. Y menos aún de ‘crunch’. Una jornada laboral de 17 horas en Guangdong es un miércoles cualquiera.

Jtxo Estebaranz © elkarma.eus

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