Recientemente paseaba por las calles de Candem y seguía haciéndome las mismas preguntas una y otra vez. Por qué casi siempre pasa lo mismo con las personas exitosas y con talento. Por qué el precio del talento es tan caro y por qué los finales se parecen tanto. Los viandantes han adornado la estatua de Amy Winehouse con pulseras de colores en sus muñecas y hasta algún candado en sus tacones. A su familia no le parecía ético hacer uso de su casa, también en Candem Town, y la vendió por la nada desdeñable cifra de 2,7 millones de libras. Se mascaba la tragedia pero yo paseaba ajena a ello. Y tres días después de despedirme de la ciudad Dolores O’Riordan, líder de The Cranberries, se despedía del mundo. (Más…)

Hay un problema medioambiental serio en Catalunya del que se habla muy poco. Por lo visto se crían cerdos de forma masiva y de esto se beneficia principalmente el oligopolio que hay formado en torno a esta industria. O sea, los otros cerdos. Los que no se come nadie. Este negocio produce un impacto ambiental muy profundo: los excrementos de los cerdos de cuatro patas son altamente contaminantes y han echado a perder el 41% de los acuíferos de Catalunya. En su momento las heces se transformaban en energía pero el PP decidió arrancar de raíz estas incipientes empresas. (Más…)

Resulta complicado seguir empujando la mierda hacia dentro cuando mana a borbotones. Bienvenidos a Hollywood, esa inmensa alcantarilla atorada por la que no para de salir basura de todas las tonalidades. Recientemente se han escuchado valientes voces de los que otrora fueron niños actores abusados. Corey Haim no pudo soportar más el dolor y finalmente murió a los 38 años. Su amigo Corey Feldman, también abusado, ahora está en el punto de mira porque ha decidido no callarse y continuar denunciando a los pedófilos que conforman la cloaca de Holly Poop. Paraíso donde habitan y gozan de total impunidad. Elijah Wood también se ha sumado a estas denuncias y asegura que él nunca sufrió abusos porque su madre no le permitía ir a las fiestas «para niños» que se celebraban en la industria del cine, pero ratifica que violar niños era deporte de élite. Y como las víboras son muy poderosas, salvajes, y no entienden ni de sexos ni de edades, cada vez más víctimas se suman a las quejas.
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