Butaca de Gallinero: El cambio
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Imagino que es una de las consecuencias de vivir en la era de lo que podríamos llamar espejismos revolucionarios. El establishment, aburrido ya de citar a Lampedusa, cansado de di/simular, ha optado por depositar en nuestras manos la patata caliente del «cambiarlo todo para que nada cambie». Así, la masa enfervorecida, resignada, desengañada, o, directamente, autoengañanada, asume su rol de peón incapaz de cambiar las grandes cuestiones de la humanidad y se conforma con asumir con diligencia su nuevo papel de agente del cambio y la disconformidad de cuestiones más pequeñas. Como pedir que rehagan la última temporada de una serie o aporrear el asiento de la butaca del cine hasta lograr que una productora rehaga al protagonista infográfico de su película, a pocos meses de su estreno, porque el diseño da grima (lo da) y no se ajusta a la imagen idealizada que el espectador tiene del mismo. (Más…) |