octubre 18, 2019

Butaca de Gallinero: Making of

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La vida puede ser maravillosa. Y en Hollywood lo es. Bueno, en el negocio cinematográfico en general. Desde los medios de comunicación y las redes sociales tratan de envenenarnos el alma, como ya lo intentaran aquellos libros sensacionalistas de Kenneth Anger, para que pensemos que el mundo del cine es un nido de perversiones, rencillas, vicio, codicia, envidias, frivolidad y capitalismo salvaje. Nada más lejos. Durante meses, he venido haciendo trabajo de investigación y revisando entrevistas personales a directores, actores, productores, maquilladores, técnicos de sonido, directoras de casting y otros profesionales vinculados a la industria, hablando de su actividad profesional y todos, absolutamente todos, coinciden en que su trabajo es fantástico. (Más…)

septiembre 5, 2019

Butaca de Gallinero: Biopics

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Después de los vampiros llegaron los zombies, luego los superhéroes y en estos momentos nos encontramos inmersos en una nueva burbuja cinematográfica, los biopics musicales. Gracias al éxito de Bohemian Rhapsody y la gran acogida de crítica y público de Rocketman parece obvio, dado el carácter conservador y amarrategui de los productores de Hollywood, que la avalancha de títulos nos sepultará hasta que se termine de exprimir la proverbial gallina de los huevos de oro. De momento ya hemos tenido que padecer The Dirt y Lord of Chaos. La cosa, por supuesto, viene de lejos. The Doors, Sid y Nancy, Walk the Line o Amadeus ya exponían los trapos sucios de bandas, cantantes y compositores, pero vivimos tiempos sin memoria y todo parece que se inventó ayer.

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julio 12, 2019

Butaca de Gallinero: El cambio

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Imagino que es una de las consecuencias de vivir en la era de lo que podríamos llamar espejismos revolucionarios. El establishment, aburrido ya de citar a Lampedusa, cansado de di/simular, ha optado por depositar en nuestras manos la patata caliente del «cambiarlo todo para que nada cambie». Así, la masa enfervorecida, resignada, desengañada, o, directamente, autoengañanada, asume su rol de peón incapaz de cambiar las grandes cuestiones de la humanidad y se conforma con asumir con diligencia su nuevo papel de agente del cambio y la disconformidad de cuestiones más pequeñas. Como pedir que rehagan la última temporada de una serie o aporrear el asiento de la butaca del cine hasta lograr que una productora rehaga al protagonista infográfico de su película, a pocos meses de su estreno, porque el diseño da grima (lo da) y no se ajusta a la imagen idealizada que el espectador tiene del mismo. (Más…)

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