Advertencia, esta columna no va sobre Kylo Ren. Muy bien, prosigo para quienes sigan leyendo. Resulta muy fácil reírse de los malos cuando todo el mundo está de acuerdo en quiénes son y en lo pertinente que es reírse de ellos. Y, en los últimos ochenta años, ningún malo ha recibido esa categoría de manera tan consensuada como los nazis. Era sencillo parodiarles en El Gran Dictador (1940), en Ser o no ser (1942), en Los Héroes de Hogan (1965) o en Los Productores (1967). Daba igual cómo de entrañables pudieran aparecer los nazis en pantalla. La audiencia entendía la ironía. No se intuía peligro alguno. Nadie podía ser tan imbécil de no pillar la broma. (Más…)

Bethesda lleva siglos viviendo de las rentas. La que parecía una compañía simpática por resucitar sagas clásicas como Fallout, se dedica sistemáticamente a estirar el chicle de la nostalgia con franquicias de los 90 como Doom, Wolfenstein o Elder Scrolls, con las honrosas excepciones de Dishonored y ese Prey que no es lo que nos prometieron.

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La publicación en prensa de un informe de los servicios secretos que alertaba del riesgo de ataques yihadistas contra los cooperantes en el Sáhara, llegaba pocas horas antes de que se produjeran los atentados con víctimas mortales en el Puente de Londres y en La Haya.
Quiere esto decir, no que lo primero sea imposible sino que un atentado de estas características puede producirse, lamentablemente, en cualquier lugar del mundo.
También llegaba ese informe poco después de que el Frente Polisario sopesara regresar a las armas ante el abandono internacional del que son víctimas. (Más…)