enero 4, 2023

Campus Kanpo: A mi edad

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Últimamente, me he empezado a fijar en esos pequeños cambios que me devuelve el reflejo del espejo. No obstante, mi cabeza tiene justificación para todo. ¿Las patas de gallo? Eso me pasa por reírme mucho. ¿Las canas? Hay pelos más propensos, claro. ¿Ojeras marcadas? Si es que no descanso bien. ¿Manchas en la piel? La capa de ozono, que está fatal.

Hablando del paso del tiempo. Ayer me levanté y no sabía cuántos años tenía. Y no estoy hablando de desconocer la edad del vecino del tercero o de la cuñada. No; hablo de la mía. Mi mente se había quedado en blanco.

Muchos pensaréis que soy una exagerada, que dudaría año arriba, año abajo o que, simplemente, tengo que tener cuidado con determinados estupefacientes. Y la respuesta sigue siendo la misma: No. ¿Soy un desastre? Sí. ¿Despistada? Por supuesto. ¿Que la edad me la pela? También. (Más…)

enero 2, 2023

Gora Euskadi: Lecciones para el futuro

El lector medio de prensa podía empezar a pensar en lo que puede hacer él por los medios y no tanto en lo que los medios pueden hacer por él. Pero el periodismo escrito sabe que el consumidor de periódicos es egoísta y tiende a que se lo den todo hecho. Es más, con esta moda de la fantasía, los superhéroes y los maratones de series de Netflix, puede llegar a creer que lo que lee es una ficción, con una presentación enigmática, un nudo inquietante y un desenlace esperanzador. Que lo aparente es engañoso y que lo obvio oculta una realidad multifacetada inasequible al lector. Entonces es cuando debe intervenir, una vez más, la prensa. Para despertar al usuario del diario, con un sopapo, de su incertidumbre optimista. Eso es lo que hizo un diario de Vocento el sábado 12 de noviembre, cuando titulaba una información a cuatro columnas “El Banco de España advierte sobre el impacto de la crisis en los vulnerables”. No fuera a pensar el lector interpelado que las cosas se le iban a arreglar antes de los títulos de crédito. Todo es lo que parece. Los gigantes son gigantes y los molinos, con permiso de Gamesa, molinos. (Más…)

diciembre 30, 2022

Juego de niños: Rebeldía

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Dice Elvira Lindo que la inspiración para escribir la tomó prestada de Jo March, de Mujercitas. A mí me ocurrió algo parecido. Como a tantas otras, supongo. Me identifiqué por completo con el personaje desde la primera vez que leí la novela en una edición ilustrada de los años 70. En algún momento quise incluso cambiarme de nombre. Cuando la profesora de inglés del cole nos pidió que pusiéramos el nuestro en una cartulina identificativa, escribí un “Josephine” con orgullo de rebeldía preadolescente.

En Hombrecitos, una novela posterior de Louisa May Alcott, Jo March dejaba a un lado sus afanes literarios y regentaba un internado para chicos en compañía de su marido, el bondadoso Friedrich Baher. Cosa que siempre me sorprendió. La lectura de Hombrecitos me producía una sensación incómoda, que por aquel entonces no conseguía definir. Aún no sabía formular ciertas preguntas. ¿Cómo la indómita Jo olvidaba sus proyectos? ¿Tan arrolladora podía ser la realidad? Reviso la biografía de la autora, abolicionista y sufragista. Tal vez las dificultades de una mujer escritora a mediados del XIX se colaron en sus novelas. En cualquier caso, sigo pensando lo mismo que a los diez años: lo mejor de Mujercitas era Jo March. Y esa Jo ya no estaba en Hombrecitos. Será la vida. (Más…)

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